lunes, 12 de diciembre de 2011

Iguales ante la ley (Del blog de Rosa Díez)


Hemos explicado en numerosas ocasiones los efectos perniciosos sobre la democracia de una Ley Electoral que consagra la desigualdad del voto entre los ciudadanos. La ley actual, cuyos antecedentes hay que situar en las postrimerías del franquismo, no sólo es injusta por los efectos que provoca a la hora de atribuir representantes a los distintos partidos políticos. Es sobre todo injusta porque vulnera un principio democrático básico: que los ciudadanos han de ser tratados por las leyes en condiciones de igualdad. Y nada más contradictorio con ese principio que un sistema electoral que se rige por un principio que devalúa el voto de todo ciudadano que comete la osadía de elegir las candidaturas de un partido político que no es ni PP ni PSOE ni nacionalista.
Es por eso que para UPyD la reforma de la Ley Electoral es una asignatura pendiente de la democracia. Esta semana se constituirán las Cortes, se elegirá la Mesa, prometeremos o juraremos nuestros cargos como Diputados y la X Legislatura iniciará su trabajo. Nuestro partido presentará inmediatamente una serie de iniciativas que tienen que ver con las tres áreas troncales de nuestro compromiso con los ciudadanos: regeneración democrática, políticas económicas y políticas sociales para garantizar la cohesión y la equidad entre todos los españoles.
Pero antes de empezar tendremos que afrontar y vencer un nuevo escollo: la constitución del Grupo Parlamentario de UPyD. Para que todo el mundo lo entienda, la diferencia entre tener grupo propio o formar parte del Mixto radica en la capacidad y autonomía de trabajo que te da una opción u otra. A la hora de presentar y defender iniciativas los grupos tienen su propio cupo; dentro del Mixto (que tiene un cupo) hay que repartirse a su vez ese turno ente los partidos que lo componen; así que dependiendo del número de diputados que formen parte del Mixto te puede tocar defender una iniciativa legislativa en un periodo de sesiones, o en uno y medio, o en dos… según. O interpelar al Gobierno. O intervenir en el Pleno… O sea, el Grupo Parlamentario es un instrumento de trabajo para defender en mejores condiciones el proyecto que una opción política representa en la Cámara. Es un instrumento al servicio de los ciudadanos, para cumplir la tarea que nos han encomendado, aquella por y para la que somos diputados.
Si nos quitan ese instrumento, si no nos reconocen el derecho (un millón ciento cuarenta y tres mil doscientos veinticinco votos, ciento cincuenta mil más que CIU, casi cuatro veces más que el PNV…) estarán castigando dos veces a quienes tuvieron la osadía de votar el proyecto y las candidaturas de UPyD. Si no nos reconocen ese derecho (habiendo, como hay, todo tipo de precedentes en los treinta años de democracia y de aplicación del Reglamento de la Cámara) nos estarían penalizando dos veces: la primera con la Ley Electoral; la segunda con una interpretación del Reglamento hecha ex profeso para privarnos de un instrumento fundamental para el desarrollo de nuestra tarea. Sería como condenarnos dos veces (a nosotros y sobre todo a los ciudadanos que nos votaron) por el mismo “delito”: haber elegido votar a un partido nacional que no es ni PSOE ni PP.
El Reglamento de la Cámara no tiene otro objeto que dar a los diputados instrumentos para desarrollar su tarea en condiciones de igualdad con sus correligionarios. Facilitar el trabajo de los diputados es responder al mandato constitucional de garantizar y facilitar la tarea de representación política de los cargos electos. No podría entender que la mayoría de la Mesa, el Partido Popular, obstaculizara el trabajo de un partido político que ha sido colocado por los ciudadanos como la cuarta fuerza política en número de votos. No podría entender que se constituyeran, a la vez, grupos parlamentarios con poco más de trescientos mil votos, poco más de la cuarta parte de los que tiene UPyD. Y menos aún podría entender que alguien quisiera utilizar la situación de Amaiur (que tendrá grupo, sí o sí, pues le basta con formarlo los seis del País Vasco, que tienen más del quince por ciento y sumar a partir de enero, nuevo periodo de sesiones, al séptimo electo por Navarra que pasaría unos días en el Mixto) para aplicar a UPyD la lectura más estricta y literal del reglamento, sin tener en cuenta ni los reiterados precedentes ni el espíritu y objetivo de la Ley.
En fin, que falta poco para saber cómo actuará la nueva mayoría. Espero que lo haga aplicando la ley en coherencia con su espíritu y con el objetivo constitucional de garantizar la igualdad a la hora de elegir y ser elegidos, y que corrija con la aplicación del Reglamento la penalización que la Ley Electoral ha inflingido a UPyD y a sus votantes. Será lo legal y será lo justo.
Veremos. En todo caso, sepan nuestros votantes que no renunciaremos a nuestro derecho a representarles en las mejores condiciones.

martes, 14 de junio de 2011

10 Razones para afiliarte

Unión Progreso y Democracia es el único partido parlamentario que defiende lo mismo en toda España. El único que lleva tres años denunciando el desmantelamiento del Estado que nos ha conducido hasta la actual situación de crisis económica, política e institucional.

Eres necesario, y por eso te damos diez razones para unirte a UPyD:

1 - Porque España padece una doble crisis, política y económica. Nuestras instituciones políticas no funcionan, agravando los problemas económicos. El Estado de las Autonomías es derrochador, inviable e insolidario y favorece la corrupción; el gobierno de Zapatero es el peor de la democracia y la oposición no está a la altura; la justicia está politizada y no funciona; la educación empeora cada año; hay casi cinco millones de parados; ante el riesgo de bancarrota y el peligro que España supone para el euro, nuestras finanzas públicas han sido intervenidas por el ECOFIN y el FMI.

2 - Porque esta crisis colosal no se resuelve sin reformas profundas: debemos reformar la Ley Electoral y la Constitución para cerrar el modelo territorial del Estado y garantizar la igualdad de todos, la independencia de la justicia y la recuperación de la autonomía económica de España dentro de la Unión Europea.

3 - Porque los partidos tradicionales (PSOE, PP, IU, CIU, PNV, ERC, BNG, CC, etc.) no quieren reformas de fondo que pongan en peligro su control egoísta de las instituciones, desde las cajas de ahorros a los medios públicos de comunicación. Queremos devolver a los ciudadanos el control de la política secuestrada por los partidos tradicionales para regenerar la democracia, previniendo mejor la corrupción y persiguiéndola con más dureza cuando se produce.

4 - Porque el Estado de las Autonomías es ineficaz y ataca derechos básicos, como la libertad de elección de lengua en las comunidades bilingües y dificulta la libre circulación de trabajadores, empresas y profesionales, rompiendo el mercado único nacional. Todas las comunidades autónomas deben tener las mismas competencias y la misma financiación, y el Estado central debe tener competencias exclusivas para garantizar la igualdad y libertad de todos, como la educación, la sanidad o la fiscalidad.

5 - Porque es indispensable reformar la ley electoral para que el voto de todos valga lo mismo con independencia de la provincia donde se viva . Para que en las elecciones haya listas abiertas, y los representantes elegidos tengan un mandato por tiempo limitado con un régimen de incompatibilidades más estricto, de modo que la política deje de ser una profesión y vuelva a ser un compromiso público.

6 - Porque para acabar con los abusos del Estado de las Autonomías, conseguir la independencia de la justicia, los mismos derechos y obligaciones para todos, o tener libertad de elección lingüística en las comunidades bilingües, es indispensable la reforma de la Constitución.

7 - Porque para superar la crisis económica es indispensable reformar la fiscalidad para hacerla más progresiva, una reforma laboral para que el acceso al empleo sea más equitativo y abierto, racionalizar la política energética, restaurar el mercado único y mejorar la educación.

8 - Porque la educación y la ciencia son inversiones vitales para España, pues garantizan la igualdad de oportunidades y la integración en una sociedad más abierta y cosmopolita, y sin ellas es imposible el desarrollo económico. Es indispensable superar modelos pedagógicos fracasados y garantizar una educación pública y laica, basada en el mérito y la capacidad, que trasmita conocimientos y valores cívicos.

9 - Porque para todas estas reformas es indispensable un partido potente que no esté atado al pasado, libre de compromisos que lo paralicen, formado por ciudadanos comprometidos que no necesitan ni quieren vivir de la política sino mejorar las instituciones. Un partido creado para impulsar las grandes reformas que España necesita.

10 - Porque la fuerza y la independencia, económica y política, nos la dan nuestros afiliados. Por eso eres necesario. Por eso nos haces falta.

Si estás de acuerdo con todo esto, afíliate a UPyD:

lunes, 6 de junio de 2011

El día que descubrieron la pólvora

Del blog de Rosa Díez (3 de junio 2011)


He leído las “solemnidades” vertidas por Rajoy en su comparecencia tras la reunión de su ejecutiva para analizar los resultados y ofrecer a los ciudadanos sus compromisos. La verdad es que tras “el brindis de los pepinos” poca cosa seria se podía esperar de él.

Así que, para no defraudar las nulas expectativas de propios y ajenos, D. Mariano Rajoy se dedicó a enumerar las medidas que iban a poner en marcha tras “haber ganado las elecciones municipales y autonómicas”. Ante sus correligionarios y los medios de comunicación desgranó hasta diez medidas de austeridad en el gasto y de control del conjunto de las administraciones públicas: medidas contra el despilfarro, contra las duplicidades, por la limitación del endeudamiento en comunidades autónomas, por la racionalidad en el uso de los coches oficiales…O sea, un recetario de medidas imprescindibles y urgentes…que podían haber tomado hace años en todas las CCAA y ayuntamientos en los que ya venían gobernando.

No se que es lo que me parece peor de esta aparición, si que me confirme la idea de que no tienen remedio o el hecho de que quieran tomar a los ciudadanos por tontos. Claro que no le voy a decir eso en público a Rajoy, porque seguro que me contesta como lo hizo Zapatero cuando le hice esa pregunta retórica en una sesión del Congreso de los Diputados: “Cómo voy a creer que los ciudadanos son tontos, si me han votado…”

En el fondo, y para nuestra desgracia, el PP se parece cada vez más al PSOE en la falta de respeto que muestra para con los ciudadanos. Porque  hacer esas proclamas, habiendo gobernado desde hace siglos en Murcia, en Valencia y en el Ayuntamiento de Madrid (por citar sólo tres ejemplos) es una burla para con la gente. ¿Acaso no podían haber tomado medidas antes? ¿A qué estaban esperando para reducir el número de Consejerías, suprimir fundaciones o sociedades públicas de nulo interés político y social, fijar un techo de gasto y de endeudamiento en los ayuntamientos y en las CCAA en que gobernaban, ser austeros y transparentes en las adjudicaciones públicas, en los sueldos, en los pliegos de licitación, en las condiciones de acceso a la función pública, ser restrictivos en el número de cargos de libre designación…?

¿Cómo puede hablar de gobernar de otra manera teniendo sus listas electorales plagadas –como el PSOE (y en menor medida IU)- de procesados por delitos contra la administración pública? ¿Cómo quieren que les creamos –por mucho que nos gustaría hacerlo—si cada vez que hemos llevado a las Cortes propuestas en pro de la transparencia y la austeridad y medidas para el control económico y financiero de las CCAA no las han apoyado o directamente han votado en contra?

Como me decía ayer mismo Álvaro Anchuelo tras leer, con el mismo asombro que yo, las proclamas del llamado líder de la llamada oposición, podríamos decirle:”¡Bien venido al Club!”. Pero si hiciéramos eso contribuiríamos a falsificar la realidad. Porque  ni este hombre ni su partido están de verdad por la labor. Repiten como loros  las ideas fuerza de Unión Progreso y Democracia- desde la unidad de mercado hasta el fin de las duplicidades- copiando incluso la terminología. Pero no son creíbles porque han tenido ya oportunidad de hacer esas cosas de las que hoy predican y han hecho justo lo contrario.

El Partido Popular es tan responsable como el Partido Socialista de este tinglado que se ha montado en España, tanto en las Comunidades en las que gobierna el uno como en las que gobierna el otro. Qué decir de las cesiones a los nacionalistas; aún no han ganado las elecciones generales y ya están los del PP (no solo autonómico, también nacional) enseñando la patita a los de CIU apoyando –en sendas votaciones en el Senado y en el Congreso– el anticipo de 1400 millones de euros que pide Artur  Mas para ir allanando el camino de futuros pactos. Como todos sabemos, el PP no ha ganado ahora las elecciones, ya gobernaba en muchas comunidades autónomas y en muchos ayuntamientos, ¿por qué han esperado tanto? ¿Qué día se cayeron del caballo?

En fin, que esto también lo podemos ver desde la perspectiva de que vamos ganando batallas políticas, que nuestro mensaje, nuestras propuestas y nuestro compromiso con los ciudadanos son tan potentes que tienen que incorporarlo al menos en el discurso. Eso es indudable; pero no puedo por menos de señalar que la actitud de este Rajoy prometiendo cosas que no ha cumplido teniendo los medios y la responsabilidad me deja un regusto amargo. Es como si quisiera parecerse a lo peor de Zapatero: no asumir nunca su responsabilidad y esperar que los ciudadanos no se percaten de ello. En suma, faltarnos el respeto a todos. Lo peor que puede hacer un político y más aún un gobernante. O un aspirante, por supuesto.

Mal empezamos.

lunes, 30 de mayo de 2011

Piensa bien y acertarás

Piensa bien y acertarás del blog de Rosa Díez

Reconozco que me estoy divirtiendo mientras contemplo el desconcierto generado por la irrupción de Unión Progreso y Democracia en las instituciones locales de once comunidades autónomas y en la Asamblea de Madrid. Los dirigentes del PSOE y del PP (y en menor medida de IU, aunque en el caso de este último partido bastante tienen con analizar cómo es posible que el batacazo del PSOE les hayan reportado solamente un 0,8% de votos desde las últimas municipales) están que no salen de su asombro.

Lo primero que les sorprende es el hecho mismo de que nos hayamos colado entre la maraña de trampas que habían construido para evitar que nada que no fuera el bipartidismo obligatorio (y/o sus adherencias) pudiera llegar a los ciudadanos y recabar su confianza. No contentos con una ley electoral que aleja de las urnas a quienes tienen decidido no votar ni al PSOE ni al PP (por esa mentecatez que ha traspasado las barreras de la comunicación y que se da en llamar el voto útil), ambos partidos junto con sus corifeos mediáticos y económicos habían construido un sólido muro para impedir que nuestra imagen y nuestra voz fuera visible para el conjunto de los ciudadanos. Además de que los medios de comunicación en general apenas si prestaban atención a nada de lo que hacíamos (lo más obsceno de todo fue un debate entre Mario Vargas Llosa y yo misma del que únicamente dio cuenta TVE (treinta segundos) y algún medio digital o local), las encuestas se publicaban convenientemente corregidas para instaurar la sensación de que votar UPyD era tanto como tirar el voto a la papelera, La sentencia en todas ellas era definitiva: no entrábamos en ninguna institución.

Pues bien, a pesar del cuidado con el que eliminaban cualquier referencia a nuestros candidatos y a nuestro partido, en la noche electoral la voluntad de los ciudadanos se impuso a los deseos y a la estrategia del establishment político, económico y mediático: Unión Progreso y Democracia obtuvo ciento cincuenta y dos concejales, ocho diputados regionales en Madrid, dos diputados provinciales. Presencia institucional en once comunidades autónomas, en más de noventa ayuntamientos, en seis capitales de provincia. Muy cerca de entrar (a centésimas) en otras seis capitales y en otros tres parlamentos autonómicos. La ley y la anticampaña  jugó contra nosotros y aunque nos sobraron votos nos faltó porcentaje para entrar en los parlamentos de Aragón, Asturias y Murcia. Igualmente en Logroño, Salamanca, Segovia, Ciudad Real, Cáceres y Valladolid. Un dato más: si el límite de la ley municipal fuera el tres por ciento o dependiera exclusivamente de los votos emitidos hoy tendríamos concejales en veinticinco capitales de provincia. Entiendo que todo esto les abrume; nunca fue más exacta la imagen de un persistente y concienzudo David que vence a un enfurecido Goliat.

Lo segundo que les desconcierta (ahora es cuando más nos estamos divirtiendo) es que después de las elecciones sigamos diciendo (y haciendo) lo mismo que antes. No pueden entender que tras saber que somos claves para determinar quien es el alcalde o la alcaldesa en veintiséis pueblos o ciudades españolas mantengamos nuestros principios: sólo habrá pactos nacionales que garanticen el voto a cualquiera de los candidatos de ambos partidos (lo mismo nos da el uno que el otro) si se comprometen a cambiar la ley electoral y a que el estado recupere la competencia en educación; y que en todo caso no entraremos a formar parte de ningún equipo de gobierno. A eso hemos añadido, en coherencia con nuestro compromiso de regeneración democrática, que en ningún caso posibilitaremos el acceso a una alcaldía de un candidato que esté imputado o procesado por delitos contra la administración pública.

Desde el domingo pasado no ha habido un día en el que los medios –esos para los que no existíamos– no hayan publicado “filtraciones”, cotilleos, interpretaciones, acusaciones varias… sobre lo que íbamos a hacer acá o acullá. Es inútil que digamos que este es nuestro compromiso adquirido con los ciudadanos y a él nos atendremos. Es igual que expliquemos que, en la medida en la que no lleguemos a acuerdos nacionales, nuestros candidatos respetarán escrupulosamente el sentido del voto de los ciudadanos en cada uno de los lugares de España en los que nuestra posición sea determinante. Y que en tanto no consigamos que se modifique la ley electoral para que los alcaldes sean elegidos directamente evitaremos que pactos de despacho perviertan la voluntad de los ciudadanos plasmada con su voto en las urnas.

Nuestras explicaciones resultan inútiles porque los que llevan año atesorando poder político no están acostumbrados a la coherencia y al respeto a la palabra dada. Por eso no se lo van a creer hasta que el día once de junio lo comprueben en sus propias carnes. No nos creen cuando contestamos las mismas cosas a decenas de llamadas de amigos de amigos, vecinos, “compañeros de clase”, dirigentes locales, regionales, nacionales… que nos insisten cada día para interesarse por el futuro de tal o cual alcaldable. Nos miran como las vacas al tren cuando formulamos sencilla y claramente las premisas que fuimos desgranando a lo largo de los últimos meses; no acaban de comprender que no hay gato encerrado, que no hay más que hablar. Que vamos a demostrar que se puede hacer otra política y que se puede hacer política de otra manera.

Ayer, tras colgar el video  la rueda de prensa en la que volvimos a explicar todas estas cosas un ciudadano desconocido escribió en mi página de Facebook este breve comentario: “Nunca mi voto valió tanto”. No saben lo orgullosos nos sentimos de eso.   Dentro de nada  millones de ciudadanos habrán podido comprobar  que cuando se trata de nosotros hay que pensar bien si se quiere acertar. Será bueno para UPyD; pero sobre todo será muy bueno para regenerar la democracia.

30 de mayo de 2011