miércoles, 7 de julio de 2010

Artículo sobre Oña en el Sur

Cateta a estribor

Teodoro León Gross





La nº3 del PP andaluz ha callado destempladamente al alcalde de Málaga en la polémica de la sede de la gran caja, descalificándolo por «cateto». Es una orden del nº1. Hay que tapar la boca a sus propios alcaldes y alcaldables que se están atreviendo a decir lo que siempre han dicho. El jefe ahora defiende la gran caja que él mismo boicoteaba hasta hace pocos días, y no está dispuesto a que ningún subordinado interfiera en sus planes. Pronto surtirá efecto la omertá siciliana para imponerles silencio, porque el primer mandamiento de la política es la disciplina. Hasta ahora usaban a sus alcaldes contra la Junta, y ahora les llaman «catetos». Así es este negocio.



Tal vez la maniobra tendría mayor credibilidad de haber enviado a descalificar a los alcaldes 'catetos' a alguien con cierta autoridad moral. Oña, también alcaldesa de Fuengirola, no está precisamente para dar lecciones de cosmopolitismo. Sin ir más lejos, es la Campeona Regional de Placas, un ranking muy reñido entre los políticos locales que colocan placas de relumbrón con su nombre en cada obra que se hace en su localidad, aunque sean pequeñas obritas, apenas remozar una calle o una fachada. En ese ranking del autobombo ella es la reina. Con todo, ha protagonizado otros hitos cerriles asombrosos: contra la ley autonómica de registros de VPO, que permite inscribirse en tres localidades, ella ha cerrado Fuengirola sólo para fuengiroleños, un 'muro' de cristal al que no se atreverían ni los nacionalistas catalanes. Y su currículum de catetadas da más de sí: en su rivalidad a cara de perro con Mijas, ha decidido no arreglar las calles que conectan las dos localidades, como La Unión, rehabilitada sólo por el otro lado. En fin, parece ridículo mandarla a ella a la capital a ponerse estupenda dando lecciones de cosmopolitismo a los otros alcaldes. Pero así funciona esto.


La demanda de la sede de la gran caja, de hecho, no es una catetada. El localismo sí, y en Andalucía hay localismo a espuertas; pero reclamar la sede de la caja es fundamental ante un hecho de auténtica enjundia. Es verdad que la frase del alcalde de Málaga resultó desafortunada, quizá por su inercia electoralista con los agravios, pero no el fondo. Ante el centralismo a machamartillo de la Junta, capaz de trasladar a estas alturas a Sevilla incluso la Confederación Hidrográfica, había que marcar una línea de trazo fuerte, casi una barricada. De la Torre no se ha equivocado, aunque Esperanza Oña lo despache como un 'cateto a babor', aquella auténtica gloria de la caspoteca nacional, por más que ella misma podría ser proclamada heredera legítima del landismo capitalino, eso sí, no por babor sino por la parte derecha, como genuina 'cateta a estribor'.

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